lunes, julio 11, 2011

En Bella Unión con los peludos
Dignidad cañera



El pasado 9 de julio acompañamos la iniciativa del "Colectivo de organizaciones sociales de lucha por la tierra" y viajamos a Bella Unión en una jornada de solidaridad con Ney Thedy, recientemente desalojado del predio donde trabajaba y vivia.

El viejo Thedy

Don Ney Thedy Pintos de 70 años de edad, nació en la zona de, cómo él dice “la Calpica”, y comenzó a trabajar en las azucareras a los 7 años, donde según cuenta les daban a los gurises “los gringos” unos escardillos para limpiar los yuyos de las cañas. Plata no conocían, les pagaban con vales que tenían que gastarlos en la cantina del patrón. Nunca aprendió a leer o a escribir. En los años 60 acompaña a Sendic en las marchas a Montevideo, denunciando las explotaciones antes mencionadas, y es detenido por la policía por varios días. Sus hijos los cría en una pequeña chacra fiscal sobre el Rió Cuareim, donde complementaba su trabajo de cortador de caña con la cría de animales; vacas, chanchos, etc. Ya en el año 1984, trabajó en una estancia entre Bella Unión y Tomás Gomensoro, donde cría animales a cambio de su trabajo, sin salario; situación que cambia en el año 90, donde debe retirarse ya que es despedido. Sin querer desprenderse de sus bichos vive en los callejones de la zona pastoreando los animales; comenzando así gestiones ante el Instituto Nacional de Colonización, esperanzado de contar con algún pedazo de tierra con el miedo según cuenta: “vaya a ser que éstos viejos no se enteren que yo era de UTAA y no me den nada”; dando sus frutos en el año 1991 cuando es contemplado con una pequeña fracción de 218 hectáreas. Se traslada con su familia a la Colonia y allí hay que hacer todo: corrales alambrados, pozo semisurgente, casa, etc; y vaya ironía del destino es el único peludo que le toca un pedazo de tierra del latifundio Silva y Rosas que fueron reclamados en su juventud. En ésta zona de la Colonia Eduardo Acevedo, tendría que terminar de criar sus hijos que formarían familia.

Hoy

El pasado 28 de abril, paradojicamente día que se recuerda el fallecimiento del "Bebe" Sendic, fue desalojado después de mantener algunas rentas impagas y donde tuvo que mal vender animales con tal de recaudar el monto solicitado, haciendo entrega de una abultada suma que no fue reconocida por el INC (Instituto Nacional de Colonización), por estar vinculado familiarmente a la ocupación de los lecheros de Mandiyú.

A pesar de que nunca fue a una escuela, sus hijos son gente de bien, inclusive su hija es maestra, sus nietos estudian, algunos en escuela agraria, y otros prontos para ingresar a la universidad. Esa persona analfabeta ha tenido la sabiduría de conservar en su predio los últimos ejemplares añejos de algarrobos y Ñandubay que hay en la zona (técnicos de INIA, han recogido semillas de éstos ejemplares para reproducirlos).

Hoy el gobierno mantiene el predio trancado con candado y con dos policías que custodian el lugar y no permiten que nadie entre, incluso el viejo Thedy tiene que caminar un kilometro cuando necesita agua. Según compañeros de UTAA la suma adeudada es igual a lo gastando por el gobierno en el servicio de guardia polícial y funcionarios que han "intentado" lavar a los animales, que están muriendo por causa de enfermedades curables, es decir el gobierno reclama una deuda pero por otro lado genera gastos innecesarios al desalojar a Thedy.
Para resolver el tema se está impulsando una mesa de negociación con el INC, a fin de devolver a don Ney Thedy su pedazo de tierra.

Como dijo Chela Fontoura, "el gobierno se preocupa por las condiciones de vida del verdugo Dalmao y perdona a deudores millonarios del Banco República, pero persigue y desaloja a un viejo peludo..."

“Tierra pa’l que la trabaja”, ¡¡¡No a este injusto desalojo en Colonia Eduardo Acevedo!!!


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